Seré honesta: la pintura de hoy parece un tremendo desastre. No tiene principio ni fin, no tiene un punto focal claro, no hay ningún objeto reconocible, ni siquiera tiene los obvios contrastes de color que vimos con nuestro amigo Rothko. Sin embargo, Lavender mist, así como muchas otras del arte no figurativo, posee un tremendo encanto: obtienes de ella lo que introduces en ella. Si, al encontrarte con la obra, dejas volar tu imaginación, encontrarás que las posibilidades podrían entretenerte todo el día. Dicho esto, hay que reconocer que en el arte siempre existe el peligro de sobre-analizar, así que en este texto nos enfocaremos solo en unas cuantas cosas lindas: las teorías surrealistas del automatismo y del psicoanálisis jungiano, cómo encontrar el ritmo en una pintura y las rutinas de las patinadoras de hielo. Estoy muy emocionada.

Al igual que Rothko, Jackson Pollock (1912- 1956) pertenece al Expresionismo Abstracto. Sin embargo, este movimiento se divide en dos grandes grupos: el llamado Color Field, y la Pintura de Acción (o Action Painting). El primero, al que pertenece Rothko, se caracteriza por utilizar grandes áreas de color como base de la composición— piensen en los enormes rectángulos de colores que vimos en Violet, Black, Orange, Yellow on White and Red. El segundo, del cual nos ocuparemos hoy, se reconoce por la aplicación gestual de la pintura.
¿Qué quiere decir esto? Para explicarlo, usaré un ejemplo muy simple.
Imaginen una patinadora de hielo, esperando su turno fuera de la pista para comenzar su rutina. De pronto, las luces cambian, la audiencia guarda silencio y nuestra patinadora toma su lugar. La música comienza, la atleta se desliza sobre el hielo, y brinca, aterriza, da una vuelta, repite. Las lentejuelas de su leotardo brillan delicadamente y adornan sus movimientos, los cuales son fluidos y armónicos. Patina, brinca, realiza piruetas suspendida en el aire, aterriza, repite. La rutina llega a su fin. La patinadora, luchando por recuperar el aliento, mantiene su postura final, y sonríe. Las luces se apagan.
¿Qué tiene que ver esto con las manchas de pintura de Pollock? Bueno, para entender Lavender mist, necesitamos un cambio de perspectiva. En lugar de fijarnos en la sonriente patinadora, vamos a desplazar la mirada hacia abajo, al hielo. Al realizar su rutina, la patinadora dejó marcas sobre la pista, donde sus patines se deslizaron o aterrizaron. Esas marcas que vemos son la pintura de Pollock.


Lo que los artistas de la Pintura de Acción comprendieron, lo que nos quieren comunicar, es que el objeto pintado, la pintura que vemos colgada en el museo, no es más que el resultado de un proceso artístico (la rutina de patinaje, en este pequeño ejemplo). Y este proceso artístico, al ser la expresión inmediata de la existencia e identidad del artista, es la verdadera obra de arte. En pocas palabras, lo que importa en este caso no es el resultado final, sino la aplicación-acción, los movimientos de la pintura y del artista.
Continuando, otra razón por la que comparo la pintura con las marcas en una pista de hielo es que Pollock, al pintar este tipo de obras, no colocaba su lienzo sobre la pared, sino sobre el piso. De hecho, Pollock ni siquiera tenía contacto físico con la obra. En lugar de utilizar un pincel convencional para untar la pintura sobre la superficie, Pollock usaba palos de madera, cuchillos, pinceles secos e incluso basters de pavo (sí, como los de Navidad). Con ayuda de estos instrumentos, la pintura era rociada, vertida o salpicada de diversas formas sobre el lienzo. Además, el tipo de pintura que utilizaba tampoco era la tradicional, sino un esmalte alquídico muy fluido. Gracias a su consistencia, Pollock lograba literalmente dibujar en el aire: la pintura hacía todo tipo de piruetas antes de aterrizar en el lienzo y dejar su marca permanente.


En 1936, Pollock participó en un taller con el muralista David A. Siqueiros. Ese fue un momento crucial para la carrera de Pollock, pues fue el uso de pintura industrial en la obra de Siqueiros quien lo inspiró a trabajar de manera diferente. Por otro lado, las composiciones a gran escala de Siqueiros (y de otros artistas revolucionarios mexicanos) también tendrían eco en los inmensos lienzos que Pollock usaría más tarde.
Si ven el video de Pollock pintando, notarán que sus movimientos tienen cierta fluidez, como una danza. Pollock era fan del jazz, y en sus composiciones buscaba capturar algo de sus ritmos sueltos y sincopados, lo cual se aprecia en su aplicación gestual. Ahora bien, si no tenemos a la mano un video, ¿cómo encontramos el ritmo al analizar Lavender mist (o cualquier pintura)? Comencemos por definir el concepto: el ritmo (o tempo visual) es una sucesión de líneas, formas, espacios, colores, u otros elementos, que se repiten o alternan dentro de una obra de arte. Este principio de diseño sugiere movimiento o acción y proporciona un camino a seguir para el ojo del espectador. Como ejemplo, antes de pasar a Lavender mist, les dejo esta imagen del trasaltar de la Mezquita-catedral de Córdoba. En esta sección, pueden observar que se repiten no solo los arcos, también las líneas dentro de los arcos. Esta mezquita se siente como un lugar armonioso (como una dulce melodía), porque es muy fácil para el ojo pasar de un elemento a otro igual.


Ahora sí, a Lavender mist. En este caso es más difícil reconocer el ritmo porque, bueno, medio parece un desastre, como dije al principio. Sin embargo, si nos fijamos bien, podremos reconocer elementos que se repiten, aunque no tengan un orden o arreglo específico (a esto lo podemos llamar ritmo aleatorio). Como no son tan fáciles de ver a simple vista, tracé, en la imagen siguiente, líneas amarillas junto a líneas negras dentro de la obra que son muy similares entre sí. Además, encerré en círculos amarillos bolitas blancas que se crearon al salpicar la pintura. Estos no son los únicos elementos que se repiten, así que los invito a que busquen más. ¿Notan como el ritmo es diferente aquí que en la imagen de la mezquita?


Para terminar, hablemos un poco sobre las teorías detrás de esta obra. Señalé que Pollock sabía lo que hacía, y eso es absolutamente cierto, pero —y he aquí la clave del asunto—, en esta corriente artística la acción de las manos debía ser un movimiento irracional. Pintar debía ser instintivo, espontáneo, sin propósito concreto. (¿Han visto los libros que traen plantillas para colorear por números? Bueno, estos pintores querían todo lo contrario). La idea detrás de este modo de trabajo es que la mente racional consciente es la antítesis del impulso creativo; que, si un pintor logra suprimir su control consciente sobre el proceso de creación, entonces su trabajo es, de alguna manera, más genuino y universal.
Este tipo de pintura instintiva estaba enraizada en las teorías surrealistas del automatismo y en el psicoanálisis jungiano (son palabras intimidantes, pero el conejito les pide que no teman). C. Jung propuso que los humanos nacemos con un inconsciente colectivo, heredado, el cual contiene recuerdos e ideas compartidas que todos nosotros podemos identificar, independientemente de la cultura o el periodo de tiempo en el que nacimos. Estos patrones comunes para toda la humanidad se llaman arquetipos. El automatismo surrealista, por otro lado, convertía el proceso artístico casi en un rito religioso, en un trance en el que el artista entraba en contacto directo consigo mismo. Con el automatismo, el inconsciente domina todas las acciones y no existen los errores; la pieza está completa y perfecta así como la diseñe el instinto. El automatismo (así como los arquetipos que surjan o sean reconocidos en una obra) es un espejo del interior de un individuo.

Con toda esta información, ¿qué pueden ver en Lavender mist? ¿Qué reconocen? ¿Una constelación, una telaraña, una pieza musical, cabello enredado…? Si les digo que este movimiento pictórico surgió después del Holocausto, después de la amenaza de las bombas atómicas, después de tener que reflexionar sobre la potencial extinción de la existencia humana, ¿qué nos dice sobre Pollock?, ¿sobre la ansiedad, la angustia, o la soledad del individualismo detrás del Expresionismo Abstracto? Si dejamos todo eso de lado y no nos influenciamos por el contexto histórico, y vemos este supuesto desastre de obra, ¿qué nos dice sobre nuestro yo interno? Lavender mist, ¿es solo aquello que nos quería comunicar un artista, o estamos viendo nuestro reflejo? ¿Serán la misma cosa? ¿Estoy pensando demasiado? ¿Será que pensar demasiado se ve exactamente como Lavender mist, o como una hoja en blanco?

✿ Les dejo la canción del opening de Cowboy Bebop, porque me parece que suena a pintura salpicando: Tank!
✿ Si les gustaría un ejercicio en automatismo, pueden agarrar una hoja en blanco y una pluma, y comiencen a escribir las primeras palabras (u oraciones) que se les vengan a la mente. No intenten buscarles sentido, no piensen en un fin, no intenten hacerlo interesante. Los resultados son divertidos. Yo terminé escribiendo sobre caníbales, figuras geométricas, y mi lista del super.
✿✿ Si gustan dejar un comentario, ¡pasen al final de la página! ✿✿

Me ha encantado como lo has redactado. Tienes toda la razón; esta obra es una prueba de que decirlo todo y no decir nada están a un paso.
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¡Gracias!
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