Violeta, negro, naranja, amarillo sobre blanco y rojo

En El Panel de los Leones vimos que los artistas del Paleolítico eligieron representar una escena del mundo que los rodeaba. Observaron cuidadosamente la apariencia y el comportamiento de los animales, y luego los plasmaron con gran detalle y realismo en la pared de la cueva. Como seguramente habrán notado, Violeta, negro, naranja, amarillo sobre blanco y rojo es un caso muy diferente. En esta obra de Mark Rothko, nos encontramos con un tipo de arte que nos permite ver con la mente lo que no podemos ver físicamente con los ojos: el arte abstracto. Me sentí un poco nerviosa al elegir esta obra, pues el arte abstracto tiene muy mala fama, pero creo que no hay otro tipo de pintura que te haga descubrir tanto sobre ti mismo como este estilo, así que sería una tragedia ignorarlo.

Tengo que admitir que las primeras veces que me encontré con arte abstracto no sabía qué hacer con la pintura o conmigo misma. Me sentía incómoda y confundida, porque no sabía de qué se trataba la pintura con una sola mirada superficial. Se me hacía ridículo que algo tan «básico» pudiera llamarse arte. ¿Dónde están las personas, el paisaje, los edificios? Sí, los colores están bonitos, pero, ¿significa algo? Si estas formas que estoy viendo no se parecen a nada, entonces, ¿la pintura es sobre “nada”? ¿Cuál es la historia detrás de esta pintura y por qué no la entiendo? Mini Sofi estaba en crisis porque, por primera vez, al querer platicar con una obra de arte se encontró con silencio absoluto.

Lo que me llevó mucho tiempo comprender es que el arte abstracto no puede platicar con nosotros como lo hacen las pinturas a las que estamos acostumbrados porque, en este caso, el arte se dirige a una parte fundamental y “primitiva” de nuestra existencia, una parte que experimenta la vida sin palabras y sin definiciones.

El arte abstracto ha existido desde los inicios de la Pintura, así que hay muchos tipos de arte abstracto. Un artista africano del Paleolítico Superior tuvo un contexto e intenciones muy diferentes al hacer sus trazos que un artista europeo del siglo XX, por lo que los resultados son diferentes. Sin embargo, en general, el propósito de una obra de arte abstracta no es imitar fielmente la realidad, sino que, utilizando los elementos puros de línea, forma, textura, color y composición, la pintura intentará brindar a los espectadores una experiencia intangible y emocional, única para cada individuo. El arte abstracto no significa algo en específico porque en su lugar te da la libertad de elegir lo que quieras que signifique para ti. Para apreciar una pintura abstracta, solo tenemos que tener una mente abierta e inquisitiva; tenemos que dejarnos arrastrar hacia adentro de la pintura y ver a dónde nos lleva.

Mia les ofrece un tip: intenten ver el arte abstracto de la misma manera en la que escuchan una sinfonía. Al escuchar música, no intentamos aferrarnos a cada una de las notas para descubrir lo que significan, o si tienen valor, sino que dejamos que la melodía nos inunde, y que el cuerpo sienta lo que tenga que sentir.

Sin embargo, comprendo que es más fácil decirlo que hacerlo, así que iremos paso a paso, no me abandonen todavía. Este blog no serviría para nada si solo les dijera que tienen que “sentir” la pintura, sin mayor explicación.

Comencemos con un poco de contexto. En este caso, nos enfocaremos en el movimiento llamado Expresionismo Abstracto, pues fue a ese grupo al que perteneció el autor de Violeta, negro, naranja, amarillo sobre blanco y rojo, Mark Rothko. Los expresionistas abstractos surgieron en Estados Unidos, en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Como se imaginarán, el mundo del arte no se escapó de las atrocidades de la guerra. Barnet Newman, otro artista asociado con el movimiento, escribió: «Sentimos la crisis moral de un mundo en ruinas, un mundo destruido por una gran depresión y una feroz Guerra Mundial, y en ese momento era imposible pintar el tipo de pinturas que habíamos estado haciendo: flores, desnudos reclinados y gente tocando el violonchelo”[1]. Para los expresionistas abstractos, seguir la tradición artística no solo era irrelevante, sino irresponsable.

Portrait of Mary, 1938, Mark Rothko. El estilo de Rothko cambió mucho a lo largo de su carrera. Sus pinturas comenzaron siendo más realistas (como esta), pero, a medida que desarrolló sus ideas, fueron adquiriendo un grado de abstracción mayor.

Es muy común que los artistas se sientan atraídos por corrientes filosóficas, dependiendo de su contexto social y de sus motivaciones. Los expresionistas abstractos simpatizaron con el existencialismo de Martin Heidegger y Jean-Paul Sartre. Ellos creían que una pintura, la lucha física del artista con sus materiales, podía llegar a servir como una marca perpetua de la existencia de una persona. Además, estuvieron influenciados por las ideas del psicólogo suizo Carl Jung[2]: los artistas del movimiento insistieron que sus sujetos no eran «abstractos», sino imágenes primitivas, profundamente arraigadas en el inconsciente colectivo de la sociedad. No buscaban solamente expresar sus emociones en sus pinturas, sino comunicar verdades universales sobre la condición humana.  

Untitled (Violet, Black, Orange, Yellow on White and Red), Mark Rothko, 1949, óleo sobre lienzo, Solomon R. Guggenheim Museum, Nueva York

Ahora que sabemos un poco más acerca del Expresionismo Abstracto, vamos a adentrarnos en la pintura. Lo primero que notamos son los brillantes colores: violeta, negro, naranja, amarillo, blanco y rojo. Usualmente, estamos acostumbrados a que en una pintura el color esté vinculado al contenido narrativo- piensen en una imagen de la Crucifixión de Jesús, por ejemplo. La sangre será color rojo, la cruz será color café, los clavos serán negros, habrá zonas que requieran colores más oscuros para las sombras, otras que requieran colores más claros y brillantes para generar profundidad, etcétera. Primero se definen la historia y los elementos, y luego se eligen los colores que sean adecuados para la escena y las intenciones del autor. Sin embargo, en esta ocasión nos encontramos con que el color tiene un papel protagónico en la pintura: el color es el elemento y la forma y el sentimiento; la historia sin palabras empieza y termina con el color. 

Aunque no sepamos nada sobre la obra, el color nos afecta, y resuena en nuestra memoria, cuerpo y sentidos. Aunque no supiera nada sobre el expresionismo abstracto, este color me recordaría a un labial que usé en la fiesta de cumpleaños de una amiga mía, y de lo feliz que me sentí ese día. Si eso fuera lo único que lograra sentir con la pintura, sería más que suficiente.

Tomando en cuenta que no nos podemos detener en todos los posibles significados de cada elemento, y que, aunque lo hiciéramos, no sería un análisis completo, platiquemos sobre los colores.  Empezaré con el violeta (a mí me parece más rosa que violeta, pero el cuadro fue nombrado por personas que lo han visto en persona, así que lo trataremos como violeta). Este color, debido a su intensidad y a lo difícil que es de lograr, fue utilizado a lo largo de la historia del arte para representar a personajes importantes- usualmente personajes religiosos y de la realeza-, el equilibrio, el esplendor, la unión de los contrarios, y la eternidad. Aquí no aparece ninguna persona, y obviamente no se puede «pintar» la eternidad, solo vemos la idea. Luego, enmarcando el rectángulo violeta, hay dos líneas rojas. En el plano simbólico, el rojo es el color de la vida, representa la relación humana con la sangre y el fuego. El rojo se asocia al calor, a la vitalidad, al peligro, a la sexualidad y a la furia. Es importante notar que las líneas rojas son paralelas. En el arte, las líneas paralelas son consideradas equilibradas y armoniosas e implican un movimiento continuo e interminable. ¿Alguna vez han notado que siempre se pueden trazar líneas paralelas en las iglesias?

Esta es una fotografía de la capilla de la Virgen en la Basílica de Saint-Denis, en Francia. ¿Notan alguna similitud? Pongan atención a las líneas paralelas, a la simetría, al uso de colores y luz, a las zonas oscuras.

Partiendo el cuadro a la mitad y equilibrando la composición, tenemos una línea negra/rectángulo negro. El color negro es una caverna y un abismo, está asociado a la melancolía, al luto, a lo desconocido y al caos… pero también a la introspección, la purificación de las emociones y al entendimiento de uno mismo. En la parte inferior de la pintura tenemos un rectángulo naranja y uno amarillo. Estos dos colores cálidos están asociados al Sol, al cielo y a la felicidad. Alrededor de todos estos rectángulos tenemos el color blanco, que suele estar asociado a la pureza, al infinito, y al silencio.

¿Alguna vez se han reído tanto que terminan llorando? ¿O han estado tan felices que sienten que su cuerpo está vibrando, como si las emociones se fueran a salir físicamente del cuerpo? En eso me hacen pensar estos resplandecientes colores, los suaves bordes, y los tonos superpuestos. ¿Qué hacer con tanta luz?

En esta imagen tenemos a la Mezquita Nasir-ol-Molk, también conocida como la Mezquita Rosa, en Shiraz, Irán. Como verán, aquí también hay colores parecidos, simetría, líneas paralelas, juego de colores oscuros y brillantes, equilibrio. La combinación de estos elementos fue usada para que el espectador se sienta en paz, receptivo, rodeado por una presencia que no podemos ver con nuestros ojos.

Algo muy interesante sobre las pinturas de Rothko, y que no es obvio al verlas en una pantalla, es que son muy grandes, a menudo más grandes que un ser humano. Este cuadro mide 207 x 167.6 cm. A lo largo de la historia del arte, la pintura monumental estuvo usualmente reservada para motivos religiosos, paisajes, escenas de guerra y personajes de la realeza. Los cuadros con esos temas debían inspirar asombro y reverencia, y una manera de lograrlo era forzando al espectador a ver hacia arriba. Una obra monumental, sobre todo en el ámbito religioso, puede fácilmente comunicar el mensaje “la idea representada en mí es más grande que tú”. Esto puede ser tanto negativo como positivo. En las catedrales góticas (como en la imagen de la catedral de Saint Denis, arriba), los enormes vitrales de colores en lo alto del edificio servían, entre otras cosas, para proporcionarle a los fieles un poco de la luz de Dios, para que se sintieran maravillados y reconfortados por un poder superior. ¿Qué nos dice que, en esta obra de Rothko, con tantas similitudes al arte religioso, hayan desaparecido los santos y los reyes y las reglas, y que no nos quede más que descubrir, desde lo más profundo de nuestro ser, lo que vemos dentro del cuadro? La pintura no tiene título; Violeta, negro, naranja, amarillo sobre blanco y rojo es tan solo un nombre elegido para no confundirnos con todos los demás cuadros del mismo autor… ¿será que Rothko era malo para ponerle título a sus cuadros o será que elegir un título para definirlo iría en contra de su propósito?

Mark Rothko (1903-1970)

[1] Barnett Newman, «Response to the Reverend Thomas F. Mathews,» en Revelation, Place and Symbol (Journal of the First Congress on Religion, Architecture and the Visual Arts), 1969

[2] Carl Jung considera que hay arquetipos que conforman un inconsciente colectivo, mucho más profundo que el inconsciente personal, y que son patrones de imágenes y símbolos recurrentes que aparecen bajo diferentes formas en todas las culturas.


10 comentarios sobre “Violeta, negro, naranja, amarillo sobre blanco y rojo

  1. Aaaaaaaa primero vi el violeta y dije » no puede ser violeta» y me puse a divagar en que tal vez cuando se pinto era muy violeta y con el paso del tiempo empezó a cambiar de color y que tal vez dentro de muchos años ese color cambie (tal vez mas rosa o mas rojo), alguien vera el cuadro, leera el titulo y dira «aaaaa eso es violeta» y ahora el violeta del futuro sera muy diferente al violeta del presente O.o jajajaja creo que divague mucho

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  2. Nunca fui admirador del arte abstracto, pero ver tu análisis me hace pensar que pudiera estar equivocado. Pensar que se puede reflejar la eternidad, la vida, lo obscuro, etc, enmarcados por el blanco, como una especie de camino cerrado, me hace pensar en «el viaje del héroe» de Joseph Campbell. Que gran trabajo, me dejó pensando.

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  3. No sé, intento tener una mente muy abierta hacia el arte abstracto, pero no me inspira muchas cosas. He visto infinidad de pinturas de esta corriente, pero la gran mayoría no me sorprende. Igual estoy equivocado pero una obra de arte; independientemente de el observador, debería impactar, hacer sentir tristeza, maravillar, o hasta causar repugnancia (Cao Hui y sus esculturas gore son un buen ejemplo). Si un montón de latas tiradas en el piso en una galería de arte te causa unas ganas tremendas de limpiar, ¿Qué sentido tiene como arte? Si tienes una elaboración sobre eso, estaría padre leerla.

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    1. ¡Hola! Antes que nada, solo quiero decir que está bien si una corriente o un estilo de arte no te gusta o te inspira nada. Nunca se puede agradar a todo mundo, pues todos tenemos nuestros gustos y personalidades. Hay algunas corrientes de arte que no me gustan para nada, aunque las analice con la mente abierta y objetivamente pueda aceptar su contribución al mundo del arte. Creo que no hay por qué forzarnos a que nos guste algo, cuando hay tantas otras obras que disfrutar. Eso sí, también creo que a veces nos encontramos con una obra en el momento o lugar equivocado y luego, cuando nos la volvemos a encontrar, descubrimos algo completamente nuevo.

      Por otro lado, creo que no necesariamente una obra de arte deba causar emociones fuertes, como las que mencionas, para ser considerada válida. Una obra tiene, después de todo, muchas dimensiones. A veces, el único papel de una obra de arte es presentar una idea para que el espectador la considere. Una manera en la que el autor dice “esto es lo que estaba pensando, ahora quedó plasmado”. Más que un shock, es una invitación a ver cómo funciona la mente de otra persona. En algunos casos, por ejemplo, el arte budista antiguo, emociones muy fuertes son justamente lo contrario a lo que quiere causar la obra.

      En el caso del “montón de latas tiradas en el piso de una galería”, eso es más complicado. No sé si lo tenías en mente cuando escribiste el comentario, pero me he encontrado con que a muchas personas no les gusta el arte abstracto porque piensan que el valor intrínseco de la obra es igual a su valor económico. Me preguntan “¿eso por qué es arte?” cuando en realidad lo que me quieren decir es “¿por qué algo tan simple vale tanto dinero?”. O también, “¿por qué esa cosa ridícula, que podría pasar por basura en cualquier otro espacio, tiene un lugar en la galería, cuando hay otras obras que lo merecen más?” Honestamente, preferiría tragarme un tenedor a desenmarañar el mundo del mercado del arte (o del mercado en general), pero sí tengo planeado discutir el “sentido” o “valor intrínseco” de ese tipo de arte en otra entrada. Es un tema que quisiera tratar más a fondo, pues hay mucho, mucho que decir.

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  4. Gracias por darte un tiempo para responderme. Tal vez sonó un poco mal como lo escribí, pero mi punto no lo relaciono tanto con el valor intrínseco de una obra; a lo que yo me refería con causar algo no es necesariamente una emoción fuerte. Aceptable (desde mi forma aficionada de ver el arte) sería sentir una simple empatía hacia el autor; probablemente calidez, o relajación motivada por su obra. Pero ahora que lo pienso mejor, ese tipo de arte me genera contrariedad o indiferencia ¿Podría ser este un fin válido de una obra?. Tal vez el hecho que sólo trato con matemáticas en mi día a día me haga pensar en una forma de cuantificar el arte; esto es, qué tan valioso puede ser un producto artístico. Pero es que he visto en estos días videos de pinturas, esculturas y hasta puestas en escena de esta corriente artística; y siento que el esfuerzo que le ponen los autores es minúsculo. A eso me refería con mi pregunta sobre el sentido de este tipo de arte, si al final cualquiera puede (hasta sin querer) tirar un bote de basura y decir que es arte abstracto, ¿La falta de esfuerzo no es una forma válida de desacreditar una obra?, ¿Por qué considerar arte un cuadro que es un simple lienzo en rojo? ¿El arte no se trata de esfuerzo, talento, imaginación, etc?. En fin, mi falta de conocimientos sobre todo esto hace que le dé vueltas al asunto, esperaré tu futura entrada sobre el sentido y valor (tal vez no tanto el intrínseco) de este tipo de arte en el futuro.

    Disculpa si desde el otro lado de la pantalla se escuchan un poco agresivos mis comentarios, no es la intención.
    ¡Muchas gracias!

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  5. Enfrentarse al arte abstracto es una tarea algo ardua, estamos demasiado apegados a la figuración. Está claro que no tiene por qué gustar, pero personalmente creo que Rothko consigue con sus campos de color atrapar la atención de una forma muy singular, independientemente de que nos guste más o menos, de que nos transmita una cosa u otra. Hay un capítulo de la serie Madmen donde hablan precisamente de Rothko, se muestran tres posturas ante una pintura: el indiferente («oh, qué bonito, ok») el «me está tomando el pelo» y el «me quedo embobado mirándolo». Me gusta mucho ese trozo porque recoge muy bien las reacciones ante lo abstracto.

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  6. Me gustaría mostrar mi agradecimiento al trabajo hecho en este artículo. Estoy en proceso de analizar esta misma obra en la universidad, y después de horas de búsqueda de referentes y tener aproximaciones de los referentes de Rothko, el significado de sus cuadros, etc. Encontrar este artículo ha sido una bendición. Es un análisis en profundidad, basado en lo que transmite el color, elemento clave de la obra de Rothko. Una visión (a mi modo de ver) bien argumentada del mismo, que de bien seguro me servirá para mi análisis y para comprender el cuadro un poco más. Por lo mínimo, me ayudará a poder interpretarlo más en profundidad, y a tener nuevos elementos a valorar para trazar mi propia interpretación de la obra. Complicado se queda corto para definir lo que es interpretar el arte abstracto. Muy agradecido con la información y la reflexión que ofrece el texto.

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